Serocribado
Metodología
Ronda basal
En la primera ronda, los sujetos con los anticuerpos tempranos (IgM+), aunque no tengan síntomas, se considerarían posibles portadores a pesar de que una gran mayoría de ellos ya habrán superado la enfermedad. La mejor opción en este caso es recomendar el aislamiento e intentar confirmar el diagnóstico, como la manera más efectiva de romper la transmisión del virus de parte de personas asintomáticas. Cuando los IgM desaparecen, los IgG+ indican que los sujetos están en fase o ya han pasado la enfermedad.
Ronda de precisión
Los individuos que en la primera ronda no muestran los anticuerpos o no están infectados o han estado infectados recientemente, en los últimos diez días. Para localizar estos posibles casos, es esencial hacer un segundo serocribado con una semana de diferencia. En la segunda prueba, una inmensa mayoría de los infectados que no mostraban anticuerpos la primera vez los habrá desarrollado y ‘se capturarían’ y se aislarían.
En consecuencia, en esta ronda todos los sujetos con anticuerpos IgM+ que fueron negativos en la ronda anterior se evalúan, se tratan y se aíslan durante el periodo definido por las autoridades de sanidad y las cadenas de transmisión quedan rotas.
Ronda de control
Para comprobar que no quedan casos, se recomienda hacer una ronda de control una semana más tarde: Si no aparece ningún nuevo positivo podemos asegurar que no hay transmisión. Si aparece algún nuevo caso se debe tratar como en la ronda anterior y repetir el control una semana más tarde.