Serocribado

El control de la transmisión de SARS-CoV-2 (el virus que crea la enfermedad Covid19) se basa en tres elementos claves: la buena higiene (lavarse las manos, llevar mascarilla y practicar el distanciamiento social), la confirmación del diagnóstico de los pacientes infectados y su subsiguiente aislamiento y, por último, el rastreo, diagnóstico y aislamiento de los contactos de éstos.

Sin embargo, muchas de las personas infectadas por el virus no presentan ninguna señal de la infección, dificultando así el diagnóstico y aislamiento tanto de ellos como de sus contactos. A la vez, se ha podido comprobar que sí que son capaces de transmitir la enfermedad. El reto por lo tanto consiste en localizar estos “portadores asintomáticos” —sin tener que confinar a la población entera— para evitar la progresión de la enfermedad.

El serocribado, ya que detecta los rastros del virus en los individuos por la presencia de anticuerpos, facilita localizar con mucha precisión la mayor parte de los portadores asintomáticos lo que hace más efectiva la práctica del rastreo, diagnóstico y aislamiento de contactos.